O Valor da Gentileza / El Valor de la Bondad

O Valor da Gentileza

Estes dias estava lendo à história de um trabalhador em um país distante, que certo dia ao término do trabalho foi inspecionar a câmara frigorífica, quando inexplicavelmente, a porta se fechou e ele ficou preso. Ele bateu na porta com força, gritou por socorro, mas ninguém o ouviu. Todos já tinham saido para suas casas e era impossível que alguém pudesse escutá-lo. Já fazia algumas horas que estava preso, já debilitado com a temperatura insuportável, eis que de repente a porta se abriu e o vigia entrou na câmara e o resgatou com vida.

Mas, daí veio à pergunta, como o vigia sabia que o homem estava preso ali? Afinal abrir a porta da câmara não fazia parte da sua rotina de trabalho. Foi aí que explicou trabalhar a vários anos na empresa, sendo que centenas de empregados entravam e saiam do trabalho todos os dias e ele era o único que o cumprimentava ao chegar pela manhã e se despedia quando saia. Sendo que quando chegou pela manhã ele disse "Bom dia", entretanto não se despediu na hora da saída. Logo o vigia imaginou que poderia ter-lhe acontecido algo. Por isto o procurou, o encontrou e salvou sua vida.

Nós vivemos em uma época onde há muita preocupação consigo mesmo, o individualismo impera e ninguém tem tempo para o outro, sendo que a  gentileza  anda meio esquecida. Muitos se desculpam dizendo não ter tempo para estas coisas banais. Porém, sempre é tempo para uma palavra de amizade, um telefonema cordial, um sorriso de afeto, dirigido tanto para nossos amigos mais próximos, bem como aqueles que parecem endurecidos e impermeáveis às boas maneiras. A pessoa gentil tem paciência para ouvir as pessoas, mesmo aquelas cuja conversa parece não trazer nada de útil, é paciente e humildade.

Amigos a gentileza depende do hábito. Comece a cultivá-la desde já. Um muito obrigado, por favor,  bom dia, boa tarde, boa noite, desculpe entre outras, são tão simples de serem ditas e infelizmente cada vez menos ouvidas nos dias atuais.

E te pergunto: se fosse você o preso na câmara frigorífica, será que seria salvo?

El Valor de la Bondad

En estos días estaba leyendo la historia de un trabajador de un país lejano, que un día al final del estudio fue examinar la nevera, cuando inexplicablemente, la puerta se cerró y se quedó. Llamó a la puerta con fuerza gritó pidiendo ayuda, pero nadie lo escuchó. Todos se habían marchado a sus casas y que era imposible que alguien pudiera oírle. Hacía unas horas que fue detenido, ya debilitado con la temperatura insoportable, he aquí que, de pronto se abrió la puerta y el guardia entró en la sala y rescatados con vida.

Pero entonces vino la pregunta, ya que el vigilante sabía que el hombre estaba atrapado allí? Después de abrir la puerta de la habitación no era parte de su rutina de trabajo. Se explicó entonces que trabajar varios años en la empresa, con cientos de empleados entraban y salían de trabajar todos los días y él fue quien lo recibió al llegar por la mañana y se despidió cuando falda. Desde cuando llegó la mañana me dijo "Buenos días", sin embargo no dijo adiós al salir. Pronto el guardia hubiera podido imaginar que algo le sucedió. Por tanto, la encontró buscado, y le salvó la vida.

Vivimos en una época donde hay mucho preocuparse, reina el individualismo y nadie tener tiempo para estar juntos, y caminar a través de la bondad olvidada. Muchos se excusan diciendo que no tienen tiempo para cosas triviales. Sin embargo, siempre es tiempo para una palabra amable, una llamada amistosa, una sonrisa de afecto dirigido tanto a nuestros amigos más cercanos, así como los que aparecen endurecido e impermeable a las buenas costumbres. Una persona bondadosa tiene la paciencia para escuchar a la gente, incluso aquellos cuya conversación no parece aportar nada útil, es paciente y humilde.

Amigos depende de la bondad de la costumbre. Comience a cultivar ahora um muchas gracias, complacer, buenas tardes, buenos días, buenas noches, lo siento, entre otros, son tan fáciles de decir y por desgracia cada vez menos escuchado hoy.

Y yo les pregunto: si a usted le toca en la cámara frigorífica, ¿sería salvo?