En
la actualidad, el orgullo, la vanidad, el poder y la arrogancia siempre parecen
solaparse en las relaciones humanas .
Pero
por qué es tan difícil encontrar a las personas que tienen la humildad en sus
principales características?
Algunos
consideran los humildes como menos dignos y menos capaces que otros. Se burlan
de ellos como si se tratara de seres sin valor.
De
hecho, los orgullosos no tienen autoestima y ni respetan a nadie porque no se
respetan. Sólo extenderse a otros de la manera en que fueron tratados en la
mayor parte de sus vidas. Básicamente, sienten que no son dignos de amor y por
lo tanto se vuelven incapaces de relacionarse con los demás.
La
persona arrogante y orgulloso carece de humildad, no apreciaba la sencillez y
siempre que tenga que mostrar su arrogancia, desconociendo que está a su lado,
ya que considera que este es el camino que asegurará el reconocimiento.
Despreciará al otro, hace que su mente enferma de creer que es mejor, es decir,
mayor que los demás.
Em
nuestra sociedad, por desgracia, la humildad se relaciona con otros factores
como: a inferioridad, debilidad, sumisión e incluso la pobreza. Cuando en
realidad, la humildad está relacionada con la distinción, respeto y amabilidad.
Porque ¿quién es plenamente consciente de su valor personal no tiene que
exaltar para mostrar a los demás, ni siquiera comparar.
La
gente humilde tratar a los demás como seres dignos de respeto porque tienen la
capacidad de ponerse en el lugar del otro en su sufrimiento.
La
humildad es una virtud noble que se oculta en lo más profundo del corazón
humano.
Reconocemos
un hombre sabio por la humildad con la que él revela su conocimiento y no por
lo que parece saberlo.
¿Quién es sabio y
entendido entre vosotros? Que muestre por su buena conducta, mediante obras
hechas con la humildad que viene de la sabiduría. (Tiago 3:13)
Luís Fernando Bruno
2013
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