La
esperanza es una certeza emocional en la posibilidad de resultados positivos
relacionados con eventos y circunstancias de la vida personal, es creer que
algo es posible, incluso cuando hay indicios de lo contrario. La esperanza es
transitoria e ilusoria, pero es una necesidad psicológica del ser humano.
El
optimista sabe que hay problemas, pero trata de encontrar las mejores
soluciones para resolverlos, sabiendo que no son eternos y que con el tiempo
las heridas se curan, y las dificultades y los obstáculos serán superados.
Tiene fe y una fuerza de renovación dentro de él, que rápidamente lo lleva de
la oscuridad a la luz.
La
vida está hecha de momentos de paz, armonía, comprensión, ternura,
tribulaciones del diario vivir, las dificultades de cada semana. La falta de
sueldo a fin de mes y los gastos al fin de año, muy por encima de nuestro
salario. Pero el optimista vive intensamente, luchando por sus sueños,
persiguiendo sus metas y objetivos, la búsqueda de alegría constante que la
vida le puede ofrecer, viviendo a pleno todos los días.
La
esperanza y el optimismo no pueden faltar a ninguna persona que quiera tener un
sueño hecho realidad. El optimista sabe que cada amanecer es un nuevo día, un
nuevo comienzo, una nueva oportunidad para luchar, para que nuestros sueños
pueden convertirse en realidad.
(Corrección
ortográfica: Romina Vicensini)
Luís Fernando Bruno
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