Esta es la
historia de un joven condenado a prisión y que sólo ahora en la soledad, en
medio de sus lamentaciones, descubrió el verdadero valor de la libertad. Estos
son los versos que escribió a su madre:
He
ganado y he perdido la libertad como castigo;
Personas
castigadas por mi malicia;
He
pecado y ahora no tengo más felicidad;
Torturado
y ahora viven en los márgenes;
Me
drogó tratando de buscar la superioridad;
Acabo
de encontrar tristeza en el mundo de la delincuencia.
No
honrado a mis padres con las travesuras que practicaba;
Me
duele mi madre llorando y sufriendo;
Hoy
vivo en una prisión en medio de la soledad;
Echo
de menos a casa, mis padres y hermanos;
Corazón
arrepentido ganas de llorar;
Yo
quería ser un niño otra vez y jugar.
Sé
que me equivoqué y por lo tanto viven encarcelados;
Aquí,
en esta silla fría sienten torturados;
Pero
la madre no estés triste no;
Entiendo
que debido a que soy culpable de la situación;
Ahora
aliviado llevar a Jesús en tu corazón;
Sólo
se cura mis heridas y me da la absolución;
Madre,
tomo estas líneas para pedir perdón;
El
envío de estos versos que no riman, pero están en el corazón.
¿Cuántas
familias no sufren de la situación anterior no es lo mismo y muchos otros, por
desgracia van a sufrir en el futuro. Pero la violencia está presente en toda la
sociedad y para resolver el problema que todos debemos luchar. Sólo con que
cada uno haga su parte, será posible disminuir en casos como el joven de la
historia.
Luís Fernando Bruno
2013
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