También llamas a tus amigos y vecinos a cenar
contigo.
Hablan, comen, beben, y bailan.
Pasas momentos agradables con la gente que estimas y
pasas un día y una noche muy feliz.
Pero no te olvidas de algo?
No he recibido invitación para tu fiesta
y mira que soy el Invitado más importante,
sin mí, la noche y el día no serían realmente
felices.
Hay tiempo, yo quiero entrar a tu casa,
usted puede llamarme, sólo le pido que abra las
puertas,
no solo las puertas de su casa, sino también las de
su corazón.
Yo soy Jesús, y te estoy esperando!
Texto: Luís Fernando Bruno (Revisión del texto:
Romina Vicensini)
2012
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