Durante nuestra vida,
tenemos que ir en busca de nuestros objetivos profesionales o personales.
Poco importa si no somos
capaces o parecemos tontos ... siempre debemos luchar por nuestros objetivos.
Las decepciones sufridas
en vida deben servir de aprendizaje.
Comprometiéndose a sus
ideales, corriendo el riesgo, tratando de superar los obstáculos que
intervienen.
Mostrar su verdadero
potencial, dando alas a sus ideas y sueños, arriesgando sin miedo a perder o
ganar.
Lo mismo sucede con el
amor que a menudo no es correspondido.
Vivimos en el riesgo de
la victoria o la decepción.
Los riesgos deben ser
tomados, porque el peligro más grande en la vida es no intentar nada y morir
sin tener arriesgado.
La persona que no
arriesga no es feliz, no sufre, pero no viven la vida por completo.
No sea un esclavo de tu
cobardía, encadenada por las incertidumbres y temores, sacrificando su
libertad. Debido a que sólo una persona que arriesga es libre.
Porque como dice el
pensador: "El pesimista se queja del
viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas."
Ustedes que asume un
riesgo puede ganar o perder, pero una persona que tiene miedo a probar, nunca
sabrá el dulce sabor de la victoria.
¡Arriesgarse!
Luís
Fernando Bruno
2016
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