Soy
negro y estoy 42 años de edad
y
no me avergüenzo de ello.
Yo
sufro prejuicio doblemente,
por
mi piel negro y por mi edad.
Soy
negro mi piel es como su,
mi
piel no define quién soy.
Tengo
42 años de edad
vivido
con honor y dignidad.
Todos
tenemos cualidades y defectos
y no tenemos derecho a juzgar a nadie.
Independiente
de la cor de piel
o
de la edad, todos tienen los mismos derechos.
Con
su gran amor Dios creó a la humanidad
a
su imagen y semejanza, sin ningún tipo de desigualdade.
El
racismo trae tristeza y lo prejuicio es
el acto de la gente
estúpida,
ignorante y con un corazón lleno de amargura.
No
importa se somos blancos, negros,
ancianos,
jóvenes, espiritualistas, católicos,
protestantes,
ricos, pobres, deficientes,
amerindios,
mestizos, latinos o anglosajones.
La
vida es nuestra mayor herencia y el amor verdadero no
tiene
malicia, independiente de la cor de piel o de la edad.
Dios
creó a la humanidad a su imagen y semejanza,
todos
deben se amar y respetar mutuamente como hermanos.
Luís Fernando Bruno
2014
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